No tengo que ponerme

A todos nos gusta estrenar nueva ropa. Las damas, cuando dicen "no tengo que ponerme", lo que en realidad quieren decir es que no tienen algo nuevo para vestir. Los caballeros cuando dicen "no tengo nada que ponerme", se refieren a que no tienen nada limpio para vestir. Ambas respuestas reflejan una necesidad de renovación y cambio. El simbolismo bíblico de la parábola del hijo pródigo nos muestra el camino del cambio y regreso al padre. La necesidad de despojarnos de las ropas inmundas de nuestra propia justicia y aceptar el vestido nuevo de la justicia de Cristo.

Actividades

  1. Lleva a la clase etiquetas que tengan impreso marcas de ropa. Además, haz una etiqueta que diga "Jesús". Pregúntales: ¿Qué marca de ropa les gustaría que le regalaran? ¿Qué revela de nosotros el usar una ropa de cierta marca? ¿Por qué es tan importante para el adolescente de hoy el asunto de la ropa? Probablemente por el deseo de establecer una identidad propia o diferente a la de su familia. Amaya dice: "Esta generación es gris, sin ideales y en consecuencia carente de una identidad definida y aceptada. Por ello buscan todos los medios para descubrirla. Mediante internet, MySpace, Facebook o Fotoblog presentan su identidad para que todo el mundo la conozca y la acepte. Su personalidad es tan débil que para fortalecerla necesitan exponerla al mundo".(1)

En la sección del domingo, se comenta que los dos hijos nacidos del mismo padre, representan dos rasgos de carácter. El hijo mayor demostraba lealtad, (lealtad a la marca de la familia), perseverancia y laboriosidad. El menor, no estaba dispuesto a trabajar, ni a rendir cuentas (no era leal a la marca). Mismo padre, misma herencia. ¿Qué produjo la diferencia? ¿Por qué se rebeló el hijo menor? Por muy difícil que sea comprenderlo, nos muestra la poderosa realidad del libre albedrío. El menor no quiso esa identidad, ese vestido, esa religión, ese estilo de vida, esos valores, ese apellido. No respetó a su padre. Rechazó la justicia de Jesús. Lucas 15:12: "Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde…". "Pródigo" significaba en aquel entonces, disipador, despilfarrador, gastador, que desperdicia su hacienda en gastos inútiles (2).

Dios permite que los seres humanos ejerzan la libertad de tomar sus propias decisiones, que sigan sus caminos, que vivan como desean. Por supuesto, nuestras elecciones producen consecuencias que no siempre podemos imaginar o prever. ¿Cuáles han sido los resultados de algunas de tus propias elecciones libres últimamente? (relacionado con el domingo y lunes).

Si sabes de un joven que tiene relaciones conflictivas con sus padres y se ha alejado de su casa o de la iglesia, ¿qué podrían hacer como iglesia?

  1. Trae figuras de cerdos a la clase y sugiere a los miembros que piensen en los pecados y errores que llevaron al hijo pródigo al corral de los cerdos. Luego pídele que escriban, sobre las figuras de cerdos, algunos de esos mismos pecados que los atan a ellos. Invítalos a decidir dejar el corral de esos cerdos y deshacerse de ellos (relacionado con el material auxiliar para el maestro).

Algunos saben que han arruinado todo, como el hijo pródigo, pero ¿qué sucede con los que "se fueron de la casa del padre", por así decirlo, y las cosas les han ido muy bien? Seamos honestos, no todo el que deja al Señor termina cuidando cerdos. ¡Algunos terminan como dueños de los cerdos! ¿Qué puede hacerse para ayudarlos a darse cuenta de que, a pesar de las circunstancias, han hecho una elección equivocada? (relacionado con la parte del viernes).¿Qué pasos dio el joven para regresar a la casa de su padre? Identifica los siguientes: a. arrepentimiento (Hechos 3:19), b. dolor por el pecado (Salmo 51:10), c. confesión (Salmo 32:5), d. abandono del pecado (Proverbios28:13), e. perdón (1 Juan 1:9) (relacionado con la parte del miércoles).

3.  Busca la siguiente página de Internet: http://www.jesus.lovesjeans.com

Pregunta a los miembros de tu clase. ¿Cuántos tienen en su guardarropa un par de jeans? (investiga el origen de los jeans). Todos tenemos por lo menos un par de jeans. Sus jeans cuentan historias de donde han estado, hablan de tus gustos y estilos. Algunos están rotos, sucios y desteñidos por el uso. A pesar de que estén rotos, sucios con el estiércol de los puercos, con mal olor, Jesús los ama así, con sus experiencias de tristeza o alegría, porque son suyos, son de su hijo. (3)

Lucas 15:20, 22, dice: "y cuando aún estaba lejos, su padre lo vio y se compadeció. Corrió, se echó sobre su cuello y lo besó… pero el padre dijo a sus siervos: ¡pronto! Sacad el mejor vestido, y vestidlo…".

La Biblia dice que el hombre ve lo que está delante de sus ojos, pero Dios ve el corazón (1 Samuel 16:7). El padre no vio lo sucio y harapiento que estaba su hijo, sino su actitud de arrepentimiento. Jesús creía que cuando un hombre estaba lejos de Dios y contra Él, no estaba consciente de lo que hacía. Sólo era realmente él mismo cuando tomaba el camino de regreso. Sin duda alguna Jesús no creía en la depravación total; no creía que se podía glorificar a Dios condenando al hombre. Creía que el hombre nunca era esencialmente el mismo hasta que volvía a Dios. El amor de Dios puede vencer la insensatez del hombre, las seducciones de las voces tentadoras, y aún la rebelión deliberada del corazón. (4) (Referencia a la parte del jueves).

4.   Revisa y analiza la parábola y busca las características del padre ideal.

¿Si tú hubieses sido el padre, le habrías dado al hijo la parte de la hacienda que le pidió?, ¿ por qué sí?, ¿por qué no? (5)Barclay comenta que no se debería haber llamado esta "la parábola del hijo pródigo", porque el hijo no es el héroe. Tendría que llamarse "la parábola del padre amante". Porque nos habla más del amor de un padre que del pecado de un hijo. Nos habla mucho acerca del perdón de Dios. Identifica las características del carácter de Dios y compártelas el sábado en tu clase. (Relacionado con la parte del jueves y viernes)

Reflexión final

Se nos ha invitado a despojarnos de nuestras vestiduras manchadas por el pecado de la arrogancia, suficiencia propia, orgullo, pedantería, libertinaje y permitir que Dios nos cubra con el manto de su justicia. "Me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó del manto de justicia" (Isaías 61:10). "Dichoso el que esté en vela y conserve sus vestidos, para no andar desnudo y que se vean sus vergüenzas" (Apocalipsis 16:15).

Referencias

  1. Amaya, Jesús. (2010). Los hijos tiranos llegan a las empresas. Editorial Trillas. México. Pág.70.
  2. Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día. tomo 5. S. Mateo a S. Juan.797-802.
  3. http://www.jesus.lovesjeans.com
  4. Barclay, William. (1954) Lucas, volumen 4. El Nuevo Testamento. Editorial Aurora.
  5. Wright, Norman. (1978) Comunicación. Clave para entender a nuestros adolescentes. CIE.

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