"Y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que habite en vuestras poblaciones; por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros" (Deuteronomio 12:12).

REGOCIJARSE ANTE DIOS

jueves 21 julio, 2011

Gran parte del contenido de los libros de Éxodo, Levítico y Números se centra en el Santuario: su construcción, sus servicios, los sacrificios y las ofrendas, y la ministración de los sacerdotes. Era un lugar muy sagrado y santo. No solo era el lugar en el que Dios mismo habitaba, sino también el lugar donde Israel venía para ser perdonado y limpiado del pecado. Era donde Israel aprendía y experimentaba el evangelio.

La adoración israelita no era fría, estéril y formal. Dios había establecido criterios muy estrictos sobre lo que debía hacerse, pero estos eran medios para un fin: que su pueblo fuera una nación fiel, santa, alegre, del Pacto, que enseñara al mundo acerca del verdadero Dios. (Ver Éxodo 19:6; Deuteronomio 4:5-7; Zacarías 8:23).

¿Qué nos enseñan los siguientes textos acerca de la adoración de los israelitas en el Santuario? Levítico 23:39-44; Deuteronomio 12:5-7, 12, 18; 16:13-16.

Una de las grandes luchas que afronta la iglesia hoy tiene que ver con la adoración y los estilos de adoración. En un extremo, los cultos de la iglesia pueden ser fríos, formales y sin alegría. El otro peligro es que las emociones lleguen a ser el factor dominante: las personas quieren pasarlo bien, "regocijarse" en el Señor, resignando cualquier clase de adherencia estricta a las verdades bíblicas.

Una lección que podemos aprender y recordar del modelo del Santuario es que toda verdadera adoración debe ser hecha en el contexto de la verdad bíblica. Dios les dio a los israelitas instrucciones muy claras, estrictas y formales con respecto a la construcción del Santuario, su ministerio y sus servicios, con la intención de enseñarles las verdades de la salvación, la redención, la mediación y el Juicio. Y, no obstante, debían regocijarse ante Dios en su adoración. Este tema aparece vez tras vez. Debería ser claro que uno puede ser muy fuerte en las enseñanzas bíblicas y, al mismo tiempo, tener una experiencia de adoración gozosa. Si las verdades de la salvación, la redención, la mediación y el Juicio no son dignas de regocijo, ¿qué son?

¿Cuál es tu experiencia en cuanto a regocijarte ante Dios? ¿Cómo puedes tener una experiencia de adoración más gozosa? ¿Cómo puedes asegurarte de que tu experiencia de adoración no sea simi- lar al hombre del que hablaba Tolstói?

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