"Cantad a Jehová cántico nuevo; cantad a Jehová, toda la tierra" (Salmos 96:1).

“CANTAD A JEHOVÁ UN CÁNTICO NUEVO”

jueves 04 agosto, 2011

Aunque tenemos acceso a algunos de los temas y las letras de los cantos divinamente inspirados, no tenemos nada de la música misma. Por eso, usando los dones dados por Dios (aquellos que tenemos esos dones), escribimos nuestra propia música o nuestras propias letras. Pero, no hacemos esto en un vacío. Adoramos en relación con la cultura en la que vivimos, que influye sobre nuestra música. Esto puede ser bueno o malo. Lo difícil es saber la diferencia.

Lee los textos que siguen. ¿Cómo pueden brindarnos principios que deberían guiarnos en la clase de música que usamos en nuestra adoración? 1 Corintios 10:31; Filipenses 4:8; Colosenses 1:18.

Con los años, han surgido problemas en nuestra iglesia con respecto al tema de la música y a los tipos de música en la adoración. A veces, parece que la música de los himnos tiene un estado casi sagrado; otras veces, es difícil ver la diferencia entre lo que se toca en la iglesia y la música secular.

Lo importante es que la música de la adoración nos señale a lo más noble y lo mejor, que es Dios. Debería apelar, no a los sentimientos más bajos de nuestro ser, sino a los más elevados. La música no es moralmente neutral: puede movernos a experiencias espirituales exaltadas o puede ser usada por el enemigo para hacer surgir la pasión, la lujuria, la desesperanza o la ira. Si observamos lo que la industria musical produce hoy, vemos ejemplos de cómo Satanás ha pervertido otro de los maravillosos dones de Dios para la humanidad.

La música en nuestros cultos de adoración debe tener un equilibrio entre los elementos espirituales, intelectuales y emocionales. La letra, como la música misma, debería elevar nuestros pensamientos, y hacernos anhelar estar más cerca de Dios. Necesitamos que nuestra adoración musical nos lleve a los pies de la cruz, para darnos cuenta de lo que se nos ha dado en Cristo.

Las diversas culturas tienen diferentes gustos en música, y aun los instrumentos musicales varían en nuestra familia mundial. Lo que eleva y anima en una cultura podría sonar extraño a los de otra. Es muy importante que busquemos la dirección del Señor para tener la música apropiada en nuestros cultos de adoración.

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