“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número” (1 Corintios 9:19).

HOGARES-IGLESIA

jueves 19 de julio, 2012

Lee Romanos 16:5; 1 Corintios 16:19; Colosenses 4:15; y Filemón 1 y 2. ¿Qué tienen en común todos estos textos?

En el mundo romano había dos tipos principales de residencias. Estaba el domus, una casa grande, de una sola familia, edificada alrededor de un patio, típica de los ricos. Tal hogar podía proporcionar un lugar de reunión para un grupo de entre treinta y cien personas. El otro tipo de residencia era la ínsula, con negocios y lugares de trabajo en la planta baja, frente a la calle, y departamentos en el piso superior. Este era el alojamiento principal urbano de las clases obreras. Uno de estos departamentos o lugares de trabajo podía normalmente acomodar solamente a iglesias más pequeñas.

El domus y muchas de las ínsulas alojarían a una familia extendida, incluyendo de dos a tres generaciones, empleados del negocio familiar, visitas y aun esclavos. Si el jefe de la familia se convertía, podía tener un gran impacto sobre todos los que vivían en la casa.

La ubicación ideal de un hogar-iglesia era cerca del centro de la ciudad. Los negocios y los lugares de trabajo conectaban la casa con artistas, comerciantes, personas de otros oficios y trabajadores manuales en busca de trabajo. Este era el ambiente en el cual mucho del trabajo misionero de Pablo pudo haber ocurrido.

En algunas partes del mundo, la gente todavía adora en hogares-iglesia, a menudo porque eso es todo lo que tienen. O, en algunos casos, no se les permite otra cosa, y así los hogares-iglesia son su única opción.

Lee Hechos 18:1 al 3. ¿Cómo nos ayudan estos versículos a entender el modo en que Pablo trabajaba?

Como ciudadano romano, y habiendo sido una vez miembro de la elite judía, Pablo debió haber pertenecido de las clases elevadas. Si fue así, trabajar con sus manos habría sido un sacrificio para él; sin embargo, por medio de esa labor, se identificaba con las clases obreras y las alcanzaba (ver 1 Corintios 9:19-23).

¿Cuán bien interactúa tu iglesia local con la comunidad? ¿Eres parte de esa comunidad, en el sentido de estar involucrado, o tu iglesia está encerrada en una burbuja por la cual te aíslas tanto de los peligros del mundo que no produces ningún impacto sobre la comunidad?