“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).

LA CENA DEL SEÑOR

miércoles 28 noviembre, 2012

Lee Mateo 26:26-28. ¿Cuál es el significado de lo que Jesús nos dice que hagamos? ¿Por qué es importante ver esto en términos de símbolos?

La Cena del Señor reemplaza la fiesta de la Pascua del antiguo pacto. La Pascua encontró su cumplimiento cuando Cristo, el Cordero pascual, dio su vida. Antes de su muerte, Cristo instituyó este reemplazo, el gran festival de la iglesia del Nuevo Testamento bajo el nuevo pacto. Así como la Pascua conmemoraba la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto, la Cena del Señor conmemora la liberación del Egipto espiritual, de la esclavitud del pecado.

La sangre del cordero Pascual aplicada sobre el dintel y los postes de las puertas protegía a sus habitantes de la muerte; el alimento que su carne proveía les daba fuerzas para huir de Egipto (Éxodo 12:3-8). Así, el sacrificio de Cristo trae liberación de la muerte: los creyentes son salvados por medio de la participación tanto de su cuerpo como de su sangre (Juan 6:54). La Cena del Señor proclama que la muerte de Cristo en la cruz nos perdona, nos salva y nos promete la victoria sobre el pecado.

Lee 1 Corintios 11:24-26. ¿Qué importante verdad doctrinal de la cruz se revela aquí?

Aquí se ve el aspecto sustitutivo de la muerte de Cristo. Su cuerpo fue quebrado y su sangre derramada por nosotros; en la cruz, tomó sobre sí lo que realmente nos correspondía a nosotros. Cada vez que participamos de la Cena del Señor, debemos recordar lo que Cristo logró en favor nuestro.

Cuando añadimos a la Cena del Señor el lavamiento de los pies, esto nos ayuda a preparar nuestros corazones antes de participar de la Comunión, y deberíamos darnos un sentido de la naturaleza comunitaria de esta ordenanza. La cruz, simbolizada por el pan y el vino, nos recuerda que cualquier cosa terrenal que nos divida señala que somos pecadores con necesidad de la gracia. El servicio de Comunión debe ayudarnos a ver nuestras obligaciones, no solo para con el Señor, sino también de unos para con otros.

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