“Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22).

LA CREACIÓN Y EL EVANGELIO

sábado 16 marzo, 2013

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 3:21; Salmos 104:29, 30; Juan 1:4; Romanos 5:6-11; Gálatas 3:13; Mateo 27:46.

EN EL INFORME BÍBLICO, Adán y Eva fueron creados a imagen de Dios, sin ningún defecto moral. Pero tuvieron libre albedrío, un requisito previo para que pudieran ser capaces de amar. Cuando Adán y Eva se rebelaron contra Dios, cayeron bajo el poder de Satanás (ver Hebreos 2:14), un acto que puso también a todo el mundo bajo el poder del enemigo. Sin embargo, Jesús vino para destruir las obras del diablo (1 Juan 3:8) y liberarnos de su poder. Lo hizo al morir en nuestro lugar, y ofrecernos su vida. En la cruz, Jesús llegó a ser pecado por nosotros (2 Corintios 5:21) y experimentó la separación de su Padre que el pecado provoca. Por su muerte, Jesús restauró la relación entre Dios y la humanidad que había sido quebrada por el pecado de Adán y Eva.

Todos estos puntos están lógicamente vinculados con la historia de la creación. Esta última entra en el cuadro otra vez cuando el poder del Dios creador se ejerce para poner un nuevo corazón en sus hijos (2 Corintios 5:17), renovando la imagen de Dios dentro de nosotros y restaurando nuestra relación con él.

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