Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre.

Oseas 12:6

SANADOS, AMADOS Y ALIMENTADOS

jueves 11 abril, 2013

Algunos eruditos antiguos consideraban a Dios, tal como es revelado en el Antiguo Testamento, como severo y no perdonador, en contraste con Jesús, como es revelado en el Nuevo. ¿Por qué esta conclusión es equivocada? ¿De qué modo el mensaje de Oseas 14 muestra cuán equivocada es esa conclusión? ¿Qué revela este capítulo acerca del amor de Dios por su pueblo?

El último capítulo de Oseas es un clímax apropiado para el mensaje proclamado por el profeta. Reafirma la promesa de que Dios dará la salvación. El capítulo se inicia con un llamado para volverse de toda iniquidad. El profeta pide al pueblo que vuelva a Dios, y le da las palabras exactas que debe decir en la adoración. Su pedido debía ser que Dios quitara la culpa que los hizo tropezar. También debían renunciar a depender de otras naciones y debían rechazar totalmente la idolatría. En los tiempos bíblicos, ninguna persona debía presentarse delante de Dios con las manos vacías (Éxodo 23:15). Más que traer un animal como sacrificio, la gente debía traer palabras de arrepentimiento como ofrenda de gratitud.

Luego de una confesión penitencial del pueblo, Dios respondía con una serie de promesas. La principal de ellas era la curación de las enfermedades del pueblo por el Médico divino. La relación renovada de Dios con Israel es comparada con el rocío que provee la única humedad disponible para las plantas en la estación seca (verano) en Palestina. También está vinculada con el olivo, que se consideraba muy valioso. Su follaje proporcionaba sombra y frescura, y su aceite se usaba como alimento, loción para la piel y combustible para las luces. Los cedros del Líbano son considerados los árboles más útiles en las tierras bíblicas. Su madera era muy apreciada, y servía para la construcción de templos y palacios reales (1 Reyes 6:9, 10). Las raíces plantadas por Dios producirán tal abundancia de plantas nuevas que Israel llegará a ser un jardín lleno de bendiciones para todo el mundo.

Lee los últimos versículos del capítulo. ¿Qué condiciones se requieren para que todas estas promesas se cumplan? ¿Por qué esto no es diferente hoy para nosotros como adventistas?

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