“Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” Habacuc 2:14.

Dios es nuestra fortaleza

jueves 23 mayo, 2013

“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento [...] con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar” (Hab. 3:17-19). ¿Qué es lo bueno de esta actitud del profeta? ¿Cómo podemos cultivar tal actitud nosotros mismos? Ver también Fil. 4:11.

Las palabras finales de Habacuc (Hab. 3:16-19) expresan la respuesta del profeta a la revelación del poder y la bondad de Dios. Una nueva mirada a los actos salvíficos de Dios le da valor a Habacuc mientras espera el ataque del enemigo. El temor conmueve su ser más íntimo mientras espera que caiga el juicio divino sobre su nación. La invasión puede resultar en la devastación de las higueras y los olivos, junto con los granos, vides y ganado. Pero la firme fe del profeta permanece inconmovible porque él tuvo una visión del Dios viviente.

Basado en sus experiencias pasadas, Habacuc conocía la fidelidad absoluta de Dios. Por esto se resignaba a los propósitos presentes de Dios (Hab. 3:16-19). A pesar de todas las circunstancias desfavorables, el profeta está decidido a poner su confianza en Dios y en su bondad, no importa cuán desesperada parezca su situación.

Habacuc espera con confianza y fe, aun cuando no haya señales inmediatas de salvación. Es un profeta que por medio del diálogo, las reprensiones y un himno de alabanza, ha instruido a los fieles a través de los siglos a desarrollar una fe viviente más profunda en el Redentor. Por su propio ejemplo, anima a los piadosos a dialogar con Dios, a probar su lealtad hacia él en tiempos duros, a desarrollar la esperanza en Dios, y también a alabarlo.

Habacuc cierra su libro con una actitud de fe bellamente expresada: no importa cuán dura sea la vida, se puede encontrar gozo y fortaleza en Dios. El mensaje básico del libro señala la necesidad de esperar con paciencia la salvación de Dios cuando la opresión parece no tener final. El tema de “esperar en el Señor” domina el libro de Habacuc. ¿Cuán relevante debe ser ese tema especialmente para nosotros, como adventistas, ya que nuestro mismo nombre expresa nuestra fe en la venida de Jesús?

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