"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?" Mateo 7:11

Nuestra libertad

miércoles 10 julio, 2013

¿Te has preguntado por qué la oración es tan vital? ¿Por qué tenemos que pedir a Dios el Espíritu Santo? ¿No está él dispuesto a darnos su Espíritu?

La respuesta a estas preguntas se encuentra al comprender el respeto de Dios por nuestra libertad de elección. Él nos creó con la capacidad de hacer elecciones morales. Dios está haciendo todo lo que puede por nosotros y por medio de nosotros antes de que oremos, pero está limitado por nuestras elec­ciones (Sal. 78:41, 42).

En la oración, reconocemos nuestra dependencia total de Dios y le damos la libertad de intervenir en nuestras vidas. Cuanto más oramos, más reconocemos su suficiencia total. Cuando oramos, su Espíritu Santo prepara nuestros corazones para recibir más de él. Cuanto más oramos, tanto más permitimos que el Espíritu Santo "crucifique" nuestros deseos pecaminosos. En el gran conflicto, la oración le permite a Dios actuar con más poder en nuestras vidas.

Analiza 2 Corintios 10:3 al 5. ¿Cómo definirías la expresión "las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios"? ¿Cuáles son esas armas? ¿Qué clase de guerra es la que menciona Pablo, y por qué él usa esas imágenes? ¿Cómo entendemos la batalla en la que estamos involucrados?

Como adventistas, entendemos la realidad de la gran controversia entre Cristo y Satanás. Sabemos que es real y que todos estamos involucrados en ella. Solos, no tendríamos esperanza contra Satanás. La única esperanza es nuestra conexión con Jesús, y en el centro de esa conexión está nuestra vida de oración: un arma espiritual para una batalla espiritual, un arma sin la cual ninguno puede estar. Si Jesús necesitó orar, ¿cuánto más lo necesitamos nosotros?

"Nosotros también debemos destinar momentos especiales para meditar, orar y recibir refrigerio espiritual. No reconocemos debidamente el valor del poder y la eficacia de la oración. La oración y la fe harán lo que ningún poder en la Tierra podrá hacer" (MC 407)

¿De qué maneras has experimentado en tu vida la dura realidad de la gran con­troversia entre Cristo y Satanás? ¿Cómo te ayudó la oración en esta lucha? ¿Dónde estarías sin ella?

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