"Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos" Heb. 2:11

CONCLUSIÓN

viernes 30 agosto, 2013

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

"Deben realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. Reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de las facultades de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. Reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y teorías, hábitos y prácticas. La reforma no producirá los buenos frutos de justicia a menos que esté relacionada con el reavivamiento del Espíritu. El reavivamiento y la reforma han de efectuar su obra asignada y deben entremezclarse al hacer esta obra" (MS 1:149)

"Cualquiera que sea su profesión de fe, solo los que son esclavos del mundo en sus corazones obran por política más bien que por principio en asuntos religiosos. Debemos escoger lo justo porque es justo, y dejar a Dios las conse­cuencias. El mundo debe sus grandes reformas a los hombres de principios, fe y arrojo. Esos son los hombres capaces de llevar adelante la obra de reforma para nuestra época" (CS 513)

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. En el llamado al reavivamiento y la reforma, ¿cuál debe venir primero: el reavivamiento o la reforma, y por qué?
  2. ¿Por qué el reavivamiento y la reforma son asuntos del corazón más que cualquier otra cosa? ¿Por qué deben comenzar individualmente, donde cada uno de nosotros hace una elección consciente de renovar nuestro caminar con Dios, de acercarnos más a él y de procurar con mayor fervor que nunca hacer su voluntad? ¿Cuál es el peligro de esperar que la persona a tu lado, en los asientos de la iglesia, haga esto, o que el pastor lo inicie? ¿Por qué tú mismo tienes que elegir entregarte aún más completamente a Dios de modo que él obre en ti?
  3. Nada impide más un llamado al reavivamiento y a la reforma que un espíritu severo y crítico hacia los que parecen no vivir a la altura de las normas que nos parece que deberían cumplir. ¿Cómo podemos aprender a evitar esa peligrosa trampa mientras al mismo tiempo nos mantenemos a favor de las verdades que se nos han confiado?

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