“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Rom. 5:10).

DE COMPAÑERO A COMPLEMENTO

martes 17 septiembre, 2013

Como vimos en una lección anterior, la iglesia de Corinto tenía graves problemas. ¿Qué principios bosqueja Pablo en 1 Corintios 3:5-11; 12:1-11; y 2 Corintios 10:12-15 para sanar y restaurar, los que son vitales para el reavivamiento y la reforma?

En estos pasajes, el apóstol bosqueja principios importantísimos para la unidad de la iglesia. Señala que Jesús usó diferentes obreros para realizar diferentes ministerios en su iglesia, aun cuando cada uno estaba trabajando junto con los demás para edificar el Reino de Dios (1 Cor. 3:9).

Dios nos llama a la cooperación, no a la competición. Cada creyente recibe dones de Dios para cooperar en ministrar al cuerpo de Cristo y servir a la comunidad (1 Cor. 12:11). No hay dones mayores ni menores. Todos son necesarios en la iglesia de Cristo (1 Cor. 12:18-23). Nuestros dones dados por Dios no son para exhibición egoísta. Fueron dados por el Espíritu Santo para el servicio.

Todas las comparaciones con otros son poco sabias, porque nos harán sentir desanimados o arrogantes. Si pensamos que los otros son muy “superiores” a nosotros, nos sentiremos mal al compararnos con ellos. Si creemos que nuestras labores para Cristo son más efectivas que la obra de otros, nos sentiremos orgullosos. Ambas actitudes limitan nuestra efectividad para Cristo. Al trabajar dentro de la esfera de influencia que Cristo nos dio, sentiremos gozo y contentamiento en nuestro testimonio por Cristo. Nuestras labores complementarán los esfuerzos de otros miembros, y la iglesia de Cristo dará pasos agigantados para el Reino.

¿Puedes pensar en alguien cuyos dones en el ministerio te han hecho sentir celoso? (No es demasiado difícil, ¿verdad?) Al mismo tiempo, ¿cuán a menudo te has sentido orgulloso por tus dones en contraste con los de otros? El punto es: las preocupaciones de Pablo son una realidad siempre presente en los seres caídos. No importa de qué lado caigamos, ¿cómo podemos aprender a tener las actitudes abnegadas necesarias para evitar las trampas aquí?

Más de ESU