“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido”

Mateo 5:17 y 18

VENGANZA (Mat. 5:38-48)

jueves 24 de abril, 2014

Parece que el tema común aquí (Mat. 5:38-48) es la venganza. Este primer tema se ocupa de muchos mandamientos en la ley de Moisés que están basados sobre el principio de pagar un crimen con un castigo igual, una idea llamada  (expresión latina que significa “la ley de la represalia”).

Como vemos en diversos pasajes (Éxo. 21:22-25; Lev. 24:17-21; Deut. 19:21), la ley demandaba que el ofensor sufriera la misma experiencia que sufrió la víctima. Si esta perdía un ojo, un brazo, un pie o la vida, el ofensor también debía perder lo mismo. Esta “ley de la represalia” era común en numerosas civilizaciones antiguas. Y, siendo que parece revelar un sencillo principio de justicia, ¿por qué no?

Es importante notar que este principio era para limitar la venganza; es decir, para impedir que la gente hicera más daño del que les habían hecho. Así, de muchas maneras, esta ley aseguraba que no se pervirtiera la justicia.

Por lo tanto, en Mateo 5:38 al 42, Jesús no estaba necesariamente atacando la legitimidad de una ley que demandaba que una persona fuera castigada por un crimen. En cambio, Jesús se concentraba en la respuesta de los cristianos a la gente que trataba de aprovecharse de ellos. Más que procurar oportunidades para vengarse, los cristianos deberían “desquitarse” con bondad, algo que solo podemos hacer por medio de la gracia de Dios obrando dentro de nosotros. En esta apelación, Jesús nos lleva a un nivel más profundo en nuestra comprensión de lo que significa ser un seguidor del Señor.

La antítesis final se ocupa de la actitud que promueve el amor por los amigos y el odio hacia los enemigos. El mandato de amar al prójimo se encuentra en Levítico 19:18. No hay un texto explícito que hable de odiar a los enemigos (aun a pesar de Deut. 23:3-6).

En el contexto del mundo de Jesús, los judíos estaban bajo la ocupación extranjera por el poder opresivo de los romanos, y eran ciudadanos de segunda categoría en su propia tierra. Dada su opresión, probablemente se sentían justificados para odiar a sus enemigos, que a veces los oprimían severamente. Jesús les estaba mostrando una mejor manera de vivir, aun bajo condiciones menos que ideales.

Lee Mateo 5:44 y 45. ¿Qué nos está enseñando Jesús aquí? Más importante aún, ¿de qué modo puedes aplicar esta enseñanza a tu propia vida, con alguien que te ha hecho algún daño?