“Le dijo Jesús: yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”

Juan 11:25

La esperanza de la resurrección

lunes 15 septiembre, 2014

En la creación, “Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida”. Como resultado, “fue el hombre un ser viviente” (Gén. 2:7). Mientras Dios mantiene el aliento de vida en las criaturas, estas viven. Pero, cuando él quita el aliento de vida, las criaturas mueren y regresan al polvo (Sal. 104:29; Ecl. 12:7). Esta no es una decisión arbitraria de Dios; es la consecuencia inevitable del pecado. Sin embargo, las buenas noticias son que, a través de Cristo, hay esperanza. Incluso ante la muerte.

Lee Juan 1:1 al 4. ¿Qué está implícito en estos versículos, que nos muestra el poder de Jesús para resucitar a los muertos?

Cristo tiene vida en sí mismo, pues él es la vida (Juan 14:6). Él creó todas las cosas y tiene el poder para dar vida a quien él desee (Juan 5:21). Por lo tanto, él puede resucitar a los muertos.

¿De qué forma ocurre la resurrección? Luc. 8:54 y 55.

Según la Biblia, la resurrección es el proceso inverso de la muerte. La vida es restaurada cuando el aliento de vida regresa de Dios. Así fue como Lucas explicó la resurrección de la hija de Jairo. Después de enterarse de que la niña de doce años había fallecido, Jesús se dirigió hasta su casa y dijo a las plañideras que la niña dormía. Entonces, “tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. Entonces su espíritu [ pneuma] volvió, e inmediatamente se levantó” (Luc. 8:54, 55). Ante el mandato divino de Jesús, el principio de vida impartido por Dios revivió a la niña. El término griego utilizado por Lucas, pneuma, significa “viento”, “aliento” o “espíritu”. Cuando la Biblia lo utiliza en relación con los seres humanos, nunca denota una entidad consciente capaz de existir separada del cuerpo. En este texto claramente se refiere al aliento de vida.

La muerte es tan común que la damos por sentada. Entonces, ¿cómo podemos aprender a confiar en las promesas de Dios acerca de la vida eterna, aun cuando, por ahora, la muerte parece ser la vencedora?

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