“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca”

Santiago 5:8

QUEJARSE, REFUNFUÑAR Y CRECER

martes 09 diciembre, 2014

¿Cuándo será la Segunda Venida? ¿Por qué estamos aquí todavía? No es sorpresa que ahora, en el siglo XXI, tengamos burladores e incrédulos. En la historia de la iglesia, esto no es nada nuevo. Las amenazas más peligrosas en la historia de Israel no vinieron de sus enemigos sino de dentro de sus propias filas y desde dentro de sus propios corazones. Del mismo modo, al acercarse la venida del Señor,

“tenemos mucho más que temer de enemigos internos que de externos. [...] La incredulidad fomentada, las dudas expresadas, las tinieblas abrigadas, animan la presencia de los malos ángeles y despejan el camino para los planes de Satanás”

EUD, p. 160

Por esto, Santiago 5:9 nos advierte: “Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta”. ¿Qué quejas y rezongos tuviste contra otros, o aun contra la iglesia (y tal vez con buena razón)? La pregunta es: ¿Cómo los manejaste? ¿Con mansedumbre, humildad y perdón, como fuiste perdonado por Dios (ver Luc. 7:39-50), o según las normas del mundo? ¡Sé honesto contigo mismo!

Por lo que leímos antes en esta epístola, parece que había desafíos serios entre los creyentes, incluyendo favoritismo (Sant. 2:1, 9), malos pensamientos (2:4), hablar mal los unos a los otros (3:10; 4:11), envidia (3:14), pleitos (4:1) y mundanalidad (4:4, 13, 14). En forma consistente, Santiago nos dirige a soluciones profundas de estos problemas: fe (Sant. 1:3, 6), “la palabra implantada” (1:21), mirar la “Ley de libertad” (1:25; 2:12), perseverancia y sabiduría celestial (3:13, 17), gracia (4:6), y manos y corazones puros (4:8). Él también insiste en que haya expresiones externas del trabajo que Dios realiza al interior de nuestro ser (Sant. 2:14-26), incluyendo visitar a los afligidos y olvidados (Sant. 1:27), mostrar misericordia (Sant. 2:13) y sembrar paz en vez de discordia (Sant. 3:18).

En última instancia, somos responsables ante Dios; aquel a quien hemos de rendir cuentas es el Señor y también el juez, y dará a cada uno conforme a sus obras.

Mientras esperamos el retorno del Señor, ¿qué maneras positivas puedes emplear para animar y elevar a otros? ¿Por qué es importante que lo hagas?

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