“Hay bendiciones sobre la cabeza del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos” Prov. 10:6

Conclusión

viernes 30 enero, 2015

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

“No es suficiente profesar fe en Cristo y tener nuestros nombres registrados en el libro de la iglesia. [...] No importa cuál sea nuestra profesión de fe, no nos vale de nada a menos que Cristo se revele en obras de justicia” PVGM 254

“El mayor engaño de la mente humana consistía en creer que un mero asentimiento a la verdad constituía la justicia. En toda experiencia humana, un conocimiento teórico de la verdad ha demostrado ser insuficiente para salvar el alma. [...] Los capítulos más sombríos de la historia están cargados con el recuerdo de crímenes cometidos por fanáticos religiosos. [...]

“Aún subsiste el mismo peligro. Muchos dan por sentado que son cristianos simplemente porque aceptan ciertos dogmas teológicos. Pero, no han hecho penetrar la verdad en la vida práctica. [...] Los hombres pueden profesar creer en la verdad, pero esto no los hace sinceros, bondadosos, pacientes y tole rantes, ni les da aspiraciones celestiales; es una maldición para sus poseedores, y por la influencia de ellos es una maldición para el mundo.

“La justicia que Cristo enseñaba es la conformidad del corazón y de la vida a la voluntad revelada de Dios” DTG 275, 276

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  • Analiza cómo impactan nuestras decisiones sobre otros, para el bien o para el mal. ¿Por qué esto es un hecho inevitable de la vida? Esta verdad fue revelada primero en la historia de la Caída, y hasta hoy se siente el impacto de las elecciones de Adán y de Eva en cada una de nuestras vidas. Podría ser tentador tratar de medir la cantidad de bien o de mal que pueden producir nuestras decisiones, pero eso es arriesgado, porque a menudo no conocemos la influencia de nuestras elecciones. ¿Por qué, entonces, a la luz de Dios y de su Ley, debemos elegir hacer lo que es correcto, no importa las consecuencias que podamos temer que eso produzca?
  • Proverbios hace una clara distinción entre el justo y el necio, y en estos versículos aprendemos acerca de qué es lo correcto y qué lo equivocado. No obstante, ¿por qué debemos ser muy cuidadosos acerca de quiénes consi deramos necios? Por otro lado, ¿cuán a menudo hemos sido engañados por quienes una vez consideramos que eran justos?

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