“Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús [...]. No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” Gál. 3:26-28

LAS MUJERES EN EL MINISTERIO DE JESÚS

sábado 02 mayo, 2015

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 1:39-55; 2:36-38; 7:11- 17, 36-50; Romanos 10:17; Lucas 8:1-3; 18:1-8.

EL EVANGELIO DE LUCAS recibe a veces el nombre de “el Evangelio de las mujeres” porque menciona cuánto se preocupó Jesús por las necesidades de las mujeres, y cuán involucradas estuvieron ellas en el ministerio de Cristo.

En los días de Jesús, las mujeres eran consideradas de poco valor: algunos hombres judíos agradecían a Dios porque no eran esclavos, ni gentiles, ni mujeres. Las sociedades griega y romana trataban a las mujeres en forma aún peor. La cultura romana desarrolló su permisividad hasta una licencia ilimitada. Un hombre a menudo tenía una mujer para tener hijos legítimos que heredaran sus posesiones, y tenía concubinas para sus propios placeres pecaminosos.

Con este telón de fondo acerca del maltrato a las mujeres, Jesús trajo la buena noticia de que ellas son, en realidad, hijas de Abraham (ver Luc. 13:16). Cuán felices debieron de haber estado las mujeres al escuchar que, en Jesús, eran hijas de Dios y que, a la vista de Dios, tenían igual valor que los hombres. El mensaje de hoy para las mujeres de todas las naciones sigue siendo el mismo: todos, mujeres y hombres, somos uno en Cristo Jesús.

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