“Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido” (Dan. 7:14).

DANIEL Y EL ETERNO REINO DE DIOS

miércoles 29 julio, 2015

Daniel no era meramente un intérprete de los sueños de otras personas, por importante que eso sea en este contexto. En los capítulos 7 al 12, leemos que el profeta tuvo sus propias visiones, que revelaron el futuro de los grandes superpoderes del mundo. Las visiones de Daniel enfatizan particularmente que, a pesar de los planes y las maquinaciones de los gobernantes terrenales, Dios retiene el control final de las naciones. En definitiva, él y su Reino final triunfarán, y ese triunfo será completo (ver Dan. 2:44).

Lee Daniel 7:13 y 14. ¿Qué se describe en estos textos, y cómo se relaciona con la idea de que los cristianos lleven el evangelio al mundo?

El tema central de estos versículos, cualesquiera que sean los otros temas de los que hablan, es el establecimiento del eterno Reino de Dios, que viene después del retorno de Jesús. Y ¿qué factor dijo Jesús que era importante con respecto a su regreso?

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes” (Mat. 24:14-16).

Las profecías de Jesús acerca del fin del mundo en Mateo 24 están vinculadas con las profecías de Daniel. La “abominación desoladora” predicha por Daniel (Dan. 11:31; 12:11) fue más explicada y aplicada por Jesús en sus propios días, y aun después. El punto es que Jesús vinculó estrechamente el libro de Daniel con el tiempo del fin y, por supuesto, esto no sorprende pues, en muchos lugares, Daniel señala realmente hacia el tiempo del fin (Dan. 8:17, 19; 11:35; 12:4, 13). Y, de acuerdo con Jesús, el fin no viene antes de que sea “predicado este evangelio del reino en todo el mundo” (Mat. 24:14).

El evangelio ha de ser predicado “en todo el mundo”, y solo entonces volverá Jesús. Nosotros somos los llamados a predicarlo. Algunos, entonces, alegan que Jesús no puede retornar hasta que hagamos nuestra tarea. ¿De qué forma hemos de entender nuestra función en el tiempo del retorno de Jesús? Lleva tu respuesta a la clase el sábado.

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