“Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová; mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación” (1 Sam. 2:1).

CONFLICTO Y CRISIS: LOS JUECES

sábado 16 enero, 2016

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Jueces 4; 6; 14; Hebreos 11:32; 1 Samuel 2:12-25; 8:1-7.

EL TIEMPO DE LOS JUECES fue un período caótico en Israel. El pueblo de Dios hizo lo malo a los ojos de Jehová, y Dios los “vendió” en manos de un opresor. Ellos clamaban al Señor, y Dios suscitaba un libertador que traía paz a la tierra, hasta que el mismo triste ciclo comenzaba otra vez.

Débora, uno de los jueces de Israel, fue notable pues inspiró confianza en otros. Ella y Jael fueron heroínas, mientras que los hombres que las rodeaban no tenían ánimo por su timidez y falta de fe. Un subtema recurrente en el Gran Conflicto se ve también en la historia de Gedeón, cuando el pueblo de Dios afrontaba una situación imposible.

Sansón fue uno de los últimos jueces. Después de él, la Nación descendió a la anarquía. Él fue un héroe mal dispuesto, que estaba más interesado en mujeres que en seguir a Dios: un paralelo de sus conciudadanos, más interesados en adorar los ídolos que en servir a Jehová.

Samuel trajo esperanza a la Nación. Luego, estableció una nueva estructura de liderazgo, con reyes, y uno de sus últimos actos fue ungir al futuro rey David.

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