“Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí” (Éxo. 19:4).

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

viernes 14 mayo, 2021

Lee Elena de White, Patriarcas y profetas, “El Éxodo”, pp. 253-262; “Del Mar Rojo al Sinaí”, pp. 263-274; “La ley dada a Israel”, pp. 275-286.

“El espíritu de servidumbre se engendra cuando se procura vivir de acuerdo con una religión legal, mediante esfuerzos para cumplir las demandas de la Ley por nuestra propia fuerza. Solo hay esperanza para nosotros cuando nos ponemos bajo el pacto hecho con Abraham, que es el Pacto de gracia por la fe en Cristo Jesús. El evangelio predicado a Abraham, por medio del cual tuvo esperanza, es el mismo evangelio que nos es predicado a nosotros hoy, mediante el cual tenemos esperanza. Abraham contempló a Jesús, quien es también el Autor y Consumador de nuestra fe” (“Comentarios de Elena de White”, en CBA 6:1.077).

“Durante su esclavitud en Egipto, muchos de los israelitas habían perdido en alto grado el conocimiento de la Ley de Dios, y habían mezclado los preceptos divinos con costumbres y tradiciones paganas. Dios los llevó al Sinaí, y allí con su propia voz proclamó su Ley” ( PP 305).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿De qué manera se diseñó la relación de pacto para preservar las libertades físicas y espirituales de Israel? (Ver Lev. 26:3-13; comparar con Deut. 28:1-15.)

  2. Vuelve a leer Éxodo 19:5 y 6. Fíjate que el Señor hace esta declaración: “Mía es toda la tierra”. ¿Por qué diría eso, especialmente en este contexto: al intentar establecer un pacto con otros? ¿Cómo encaja aquí nuestra comprensión del sábado y lo que significa?

  3. Nosotros entendemos que nuestros pecados son perdonados solo por la gracia de Dios. ¿Cómo entendemos el papel de la gracia de Dios al permitirnos vivir una vida de fe y obediencia?

Resumen: El pacto que Dios estableció con Israel en el Sinaí fue un pacto de gracia. Luego de dar abundantes evidencias de su amor y cuidado bondadosos mediante una liberación extraordinaria de la esclavitud en Egipto, Dios invitó a la nación a un pacto con él que mantendría y promovería sus libertades. Aunque Israel respondió afirmativamente, carecía de una verdadera fe motivada por el amor. Su historia posterior indica que, mayormente, no logró entender la verdadera naturaleza del pacto, y lo corrompió al transformarlo en un sistema de salvación por obras. Nosotros no necesitamos repetir el fracaso de Israel e ignorar la maravillosa gracia que se extiende a los pecadores.

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