Mateo 21, al contar algunos de los últimos días del ministerio de Jesús, está lleno
de drama, tensión y excitación. También revela la alarmante capacidad de
nuestros corazones de engañarnos, y el poder del mal para cegar nuestras
mentes aun a las verdades más obvias. Es fácil, ahora, mirar hacia atrás y pensar:
¿Cómo pudieron esos líderes ser tan duros, tan ciegos, frente a toda la evidencia
que Jesús les había dado?