Un día a la vez
Daniel Nae
¿Cuándo has caído la última vez, cómo te has sentido? Vencido, decepcionado de ti mismo, ¿verdad? ¿Crees todavía que la victoria es posible o has abandonado la lucha? La mayoría de nosotros creemos que una vida victoriosa es posible, porque así lo dice la Biblia, sin embargo no podemos confirmar la realidad de esta promesa en nuestra vida. ¿Te has preguntado por qué? ¿No será que tenemos la teología correcta, sin embargo el método equivocado? La mayoría de nosotros hemos tratado vez tras vez de empujar la piedra de la religiosidad cuesta arriba, como el pobre Sísifo.[1] Quiero compartir contigo un pequeño secreto que puede cambiar tu vida para siempre, aunque al principio pueda parecer banal.
Mateo 6:34. Dime, por favor, ¿qué verdad revolucionaria contiene este texto? ¿El hecho de que no nos preocupemos? Es evidente, lo dice el texto y también en el contexto! Pero en este pasaje de la Biblia se encuentra una verdad fundamental que realmente puede cambiar tu vida. Te pido el favor de buscar Salmo 68:19 y Lamentaciones 3:22-23. ¿Has descubierto el elemento común de estos versículos?
Te lo voy a resumir en estas palabras inspiradas: "Solamente un día es nuestro, y al largo de este día tenemos que vivir para Dios... (Discurso maestro de Jesucristo, 102). "Dios nos pide que vivamos solamente día por día. No debes tomar en cuenta una semana, o un mes" (RH, 14 de abril de 1904). "Acordaros siempre que no tenéis que vivir más de un día a la vez; que Dios pone a vuestra disposición solamente un día, luego otro día..." (Mensajes para los jóvenes, 46). "A nosotros se nos pide que vivamos solamente un día a la vez. Aquél que nos da poder para vivir hoy, nos dará también poder para mañana (Signs of the Times, 5 de noviembre de 1902). "Qué contenta estoy", decía Elena de White, que tenemos que vivir un día a la vez. Un solo día para mantener nuestras almas limpias, un día para velar, un día para progresar en nuestra vida espiritual y así nuestros días que den frutos y que sean preciosos para nosotros!" (Carta 81, 19 de enero de 1887).
Te confieso que estoy entusiasmado! Finalmente una verdad tan fácil y tan profunda! ¿Cómo se me ha escapado hasta ahora? ¿Cómo han pasado tantos días al lado de esta verdad? ¿Qué fácil de poder practicarla! Recuerdas aquel día precioso que has pasado con Dios?, ¿un día de consagración o de servicio para el Señor, o las dos cosas a la vez? Incluso ahora sentimos la alegría y el placer de aquel día, ¿verdad? Entonces por qué no multiplicar aquella bonita experiencia? Un día y otro día y otro. ¿No es más fácil así, en lugar de hacer compromisos que sabemos desde el comienzo que no vamos a cumplirlos?
Si recibimos el regalo de un solo día, la vida del cristiano ya no nos va a parecer un largo camino cansado cuyo fin no lo puedes ver, la victoria una cosa inaccesible, la santificación una montaña que nos abruma con su altura.
¿Cuáles son las implicancias teológicas y prácticas de esta verdad simple pero revolucionaria, i.e., de que Dios nos ofrece solamente un día a la vez?
En primer lugar va a desaparecer la preocupación del día de mañana (Mateo 6:34). En segundo lugar, va a aparecer la conciencia de nuestra temporalidad (Salmos 90:9, 12). En tercer lugar, va a nacer el deseo de multiplicar la experiencia de la victoria y de vivir con la seguridad del perdón de nuestros pecados: "Vive día tras día con Jesucristo. Busca ser vencedor solamente para aquel día. Confiesa tus pecados hoy. Tienes la promesa del perdón (Review and Herald, 15 de Mayo de 1913). Alguien dijo: "Dime cómo pasas un solo día para decirte cómo vas a pasar la eternidad!"
¿Cómo vives tu vida? ¿Todavía es aburrida, triste o seca? ¿Todavía no te lo puedes creer que para ti también es posible que cada día se llene de la presencia de Dios? ¿Consideras que los tiempos son demasiado difíciles y tú demasiado débil? Enoc, José, Eliseo, Daniel, Juan, Pablo, no han vivido tiempos mejores y no han tenido acceso a un poder al que nosotros no tengamos acceso, entonces, ¿cuál fue su secreto?
Si, es un misterio aun más grande que el secreto de "solamente un día a la vez", que en sí mismo no constituye algo más que el cuadro de una experiencia que seguramente va a cambiar tu vida. Enoc y otros han llegado a enamorarse de Dios, y a partir de aquel momento han deseado intensamente. Su presencia tan cariñosa, tanto que hubieran preferido mejor que mueran en lugar de vivir un día sin Él. "Dios es amor" nos dice un pensamiento inspirado. "Mejor no vivas en lugar de que te falte día a día el amor de Dios que quiere enseñártelo a ti y a todos Sus hijos" (GH, 1 de julio de 1898); (no es una invitación al suicidio! El autor quiere decir que un día sin el amor de Dios es un día que realmente no vives).
Recuerda cómo palpitaba tu corazón cuando viste por primera vez a la persona que amas, cómo disfrutabas de cada su palabra y de su mirada, cómo invocabas motivos para estar cerca de ella, cómo has compuesto poemas o prosa aunque nadie te había dicho que eres un artista, qué regalos le has preparado, qué distancias has recorrido para encontrarte con ella, y como en un día te has dado cuenta que ya no puedes vivir sin ella o sin ello! Y que mucho te duele su falta, cuando las situaciones a veces la imponen.
Cuando el amor hacia Cristo nos llene nuestra alma, vamos a andar día tras día con Jesús. Y aun más, nuestro amor va desembocar en un servicio lleno de abnegación.