EL PECADO DEL KOUROS O CÓMO FUNCIONA EL AUTOENGAÑO

11 junio, 2011

En septiembre de 1983, Gianfranco Becchina, un comerciante de arte siciliano, se acercó al museo J. Paul Getty para ofrecerle una magnífica estatua de mármol que—afirmaba—provenía del siglo 6 a.C. [i] La estatua era un "Kouros"—representación de un varón joven desnudo común en el mundo griego antiguo. Becchina pedía 10 millones de dólares.

El museo exploró la oferta con precaución. Tomó el kouros en préstamo para realizar una investigación a fondo. La investigación duró 14 meses. El Getty concluyó que el estilo de la escultura era similar al del kouros Anavyssos que se encontraba en el museo arqueológico nacional de Atenas. Los abogados del Getty concluyeron que los documentos que certificaban la historia reciente de la estatua eran genuinos. El Getty también contrató los servicios de Stanley Margolis, un geólogo de la Universidad de California. Margolis dedicó dos días para examinar la superficie de la estatua con un estéreo-microscopio de alta resolución. Luego tomó una muestra y la examinó con un microscopio de electrones, espectrometría de masa, difracción de rayos X, y fluorescencia de rayos X. En su reporte, Margolis observó que el material era dolomía de la cantera del antiguo cabo de Vathy de la isla de Thasos y que la superficie estaba cubierta de una capa delgada de calcita. Margolis explicó que la dolomía se puede convertir en calcita únicamente a través de un proceso que dura cientos o miles de años lo que demostraba que la estatua no podía ser una falsificación moderna. El Getty compró la estatua por 9 millones de dólares.

La historia es extraordinaria porque cuando el kouros fue puesto en exhibición, una buena cantidad de expertos en arte antiguo concluyeron inmediatamente que era una falsificación moderna. Ellos habían escavado y estudiado personalmente muchas estatuas antiguas genuinas y sabían que esta no podía serlo.

Ocho años después de la compra, del 25 al 27 de mayo de 1992, se realizó en Atenas una convención de eruditos dedicada exclusivamente a discutir el kouros del Getty. El formidable argumento científico y documental a favor de la autenticidad del kouros se empezó a desmoronar. Nadie conocía con certeza el origen de la estatua. Los documentos indicaban que había estado en la colección privada del médico suizo Lauffenberger desde los años 1930 y que él la había adquirido de un comerciante de arte griego muy bien conocido llamado Roussos. Sin embargo, el código postal en una de los documentos no existió hasta 20 años después. La cuenta de banco mencionada en otro, había sido abierta 8 años después. Por otro lado, un análisis más cuidados mostró que el estilo del kouros del Getty era un pastiche de estilos diferentes, de varios períodos, y de varios lugares. Finalmente, otro geólogo mostró que la calcita de la superficie de la estatua no requería necesariamente un proceso de muchos siglos para formarse, también se podía producir en dos meses usando moho de patata. La evidencia científica y documental sobre la que el Getty había basado su compra no era confiable. El museo Getty había sido cegado por la ciencia. [ii]

El error del Getty, sin embargo, tiene una causa más fundamental. El Getty quería desesperadamente que la estatua fuera real. Sólo existen alrededor de 200 "kuroi" en la actualidad. La mayoría han sido recuperados de tumbas o excavaciones arqueológicas muy dañados o gravemente fragmentados. Este, sin embargo, estaba casi perfectamente preservado, era casi 2 metros de alto, y tenía en un color suave que lo separaba del resto de las obras antiguas. [iii] El Getty era un museo joven que necesitaba construir una colección de clase mundial. La evidencia científica apoyó lo que ellos querían oír.

De esta historia extraordinaria obtenemos por lo menos dos lecciones importantes. Primero, Aunque una falsificación sea avalada por argumentos científicos y complejos estudios eruditos, sigue siendo una falsificación. Nuestra mayor seguridad está en conocer y experimentar personalmente la verdad. Una vez que te has familiarizado con ella, no importa cuán hábil sea la falsificación, podrás identificarla rápidamente. ¿Cuán familiarizado estás con Dios y su palabra? Segundo, Satanás puede engañar con éxito a aquellos que desean desesperadamente que lo que él les ofrece sea genuino. Eva fue engañada porque quería creer que ella podía ser como Dios. Nuestra salvaguardia está en amar la verdad aunque ello implique el negarnos a nosotros mismos. ¿Cuánto amas la verdad? ¿Estas dispuesto a renunciar a lo que tienes con el propósito de obtenerla?


[i] Puedes leer la historia en Malcolm Gladwell, Blink: The Power of Thinking Without Thinking, (New York: Back Bay Books, 2005), 3–8.

[ii] J. Spier, "Blinded with Science: The Abuse of Science in the Detection of False Antiquities," Burlington Magazine 132: 623–31. Ve también, Michael Kimmelman, "Art, Absolutely Real? Absolutely Fake?" New York Times, 4 de Agosto de 1991.

[iii] Puedes ver una imagen de este kouros en la siguiente dirección: http://www.getty.edu/art/gettyguide/artObjectDetails?artobj=12908

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