Imagen de Dios en el hombre
Jacob García
Texto clave Génesis 1:26, 27:Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
La importancia del estudio del tema de la imagen de Dios deriva del hecho de que esa imagen es tan intrínseca (Del lat. intrinsĕcus, interiormente. Íntimo, esencial) al ser humano que el hombre no sería hombre sin ella.
El hombre es fundamentalmente diferente a los animales mientras que los animales fueron creados "según su especie," el hombre fue creado "a imagen y semejanza de Dios." Los animales no poseen naturaleza moral ni religiosa; el hombre sí.
La imagen de Dios
¿En qué consiste la imagen de Dios estampada por Él en el ser humano en el momento de su creación?
La palabra hebrea que se usa en Génesis 1:27 para "imagen" es selem, que lleva implícita la idea de "tallar" y se deriva de una raíz que alude a un grabado. Es la misma palabra que se emplea para hablar de las imágenes de confección humana (Ex 20:4). Casi parece trasmitir la idea de que el hombre fue labrado conforme a la figura de Dios, como si Dios fuese en esencia el molde o patrón que define la personalidad humana.[1] "Semejanza" es la traducción dedemuth, que implica "ser similar a" o "ser como." El uso de los dos términos es un claro ejemplo del paralelismo hebreo en el que una palabra explica la otra.[2] Las dos puestas juntas significan "una imagen que es parecida o que es semejante". La Biblia es única en su uso de esta palabra: en el mundo antiguo los dioses estaban hechos a la imagen de los seres humanos, mientras que en la Biblia los seres humanos fueron hechos a la imagen de Dios.[3]
La imagen de Dios, según la cual fueron creados el hombre y la mujer, incluye un aspecto físico, es parte de la concepción que trasmite la palabra original. Pero el concepto de "imagen de Dios" tiene que ver más que todo con los atributos espirituales del hombre y los atributos comunicables de Dios.[4] Esta semejanza también sugiere facultades racionales con las cuales pensar los pensamientos de Dios. Por lo tanto, es natural que las criaturas hechas a su imagen y semejanza tuvieran que reflejar esos aspectos en su condición de seres creados.[5]
Haber sido creado a la imagen de Dios significa, que los seres humanos tienen una semejanza a él en cuanto a sus facultades de razonamiento, su libertad de elección, su pureza moral original dañada ahora por la caída, su apariencia física y su vida emocional. Ser creado a la imagen de Dios significa haber recibido una semejanza completa con el creador.[6]
[1]John MacArthur. La batalla por el comienzo. Grand Rapids, Michigan: EDITORIAL PORTAVOZ, 2003, 196
[2]Marcos T. Terreros. Teología sistemática concisa, Colombia: Ediciones Marter, 266
[3]William H. Shea. Teología Fundamentos bíblicos de nuestra fe, Tomo IV. México: GEMA EDITORES, 2006, 190
[4]John MacArthur. batalla por el comienzo. Grand Rapids, Michigan: EDITORIAL PORTAVOZ, 2003, 196
[5] Ibid. 196
[6] Brueggemann, Walter. Genesis Interpretation, Tomo I. Atlanta : 1982, 97