ESCUDRIÑAR LA ESCRITURA, TE DESPIERTA A LA REALIDAD. (LUC 24:13-35)
Adan Dyck
Me parece escuchar la voz de aquel misterioso caminante que de manera sutil se inmiscuyo en la desconcertante plática de dos discípulos de Jesús camino a Emaús. “¡Simples, lentos de corazón para creer y entender lo que anunciaron los profetas!” (24:25). El eco de aquel dialogo del caminante secreto y sus discípulos, llega a nuestros días en la palabra profética:
“No hay sino poco provecho de la lectura apresurada de las Escrituras. Puede leerse toda la Biblia y sin embargo dejar de ver su belleza o de comprender su significado profundo y oculto”
(White, Lugares Celestiales p. 138).
Es hoy como antaño, que se hace necesario escudriñar las escrituras, comparando un texto con otro al igual que los antiguos Bereanos para entender si las escrituras aplican a la realidad hoy (Hechos 17:10,11).
Algunas frases registradas en el relato de Lucas 24, arrojan luz en el reto de permitir que las escrituras dirijan nuestra vida ante las vicisitudes.
“¿Qué conversáis?, Preguntó el Misterioso Caminante” (24:17). Si estoy fuera de la realidad puede alguien corregirme. Pero hoy por hoy la seguridad familiar y social se ha tornado en el centro de nuestra conversación. Cristo con su mensaje de esperanza, desea tomar el control de nuestra conversación. No podemos ser simples y lentos de corazón. Ya estaba escrito.
“Nosotros esperábamos” (24:21). Al parecer las expectativas de los discípulos de Jesús no concordaron con las palabras escritas en la profecía Bíblica. Del mismo modo nuestros pre conceptos del actuar de Dios en la problemática humana puede no concordar. Lo que esperamos que suceda no siempre es lo planeado por Dios. En el proceso de escudriñar la Escritura vamos a entender el plan de Dios.
“Y empezando desde Moisés” (24:27). “Toda escritura es inspirada por Dios..”(2 Tim 3:16). El principio de inspiración Divina nos coloca en la necesidad de buscar el contexto, así como la ilación en el proceso de la interpretación Bíblica. Dios nos da un mensaje a lo largo de toda la Escritura Inspirada. Este mensaje lo podemos encontrar en diferentes épocas y en el devenir histórico profético. Se hace necesario el estudio integral del mensaje divino escrito.
“Entonces fueron abiertos sus ojos” (24:31).
“Un pasaje estudiado hasta que su significado sea claro para la mente y su relación con el plan de salvación sea evidente, es de más valor que la lectura detenida de muchos capítulos sin tener ningún propósito definido y sin obtener ninguna instrucción positiva”
(White, Lugares Celestiales p. 138).
No puede nuestra mente ser iluminada a la realidad o despertar al sosiego sin tomar el tiempo necesario en estudio profundo de las escrituras.
¿No ardía nuestro corazón…cuando nos explicaba? (24:32). Es el ardor en el corazón, en el lenguaje de los caminantes, lo que permite que la palabra escrita cobre vida en atender a los retos del confundido corazón humano. La lectura pausada y detenida de la Biblia con el deseo de encontrar respuestas permite que el corazón se encienda, eliminando la confusión en el corazón.
Entonces ellos contaron lo que les había sucedido en el camino (24:35).
“Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén.. y decían ¡Es verdad ha resucitado!(24:33,34).
Cuando el corazón se ha encendido, se revela el mensaje allí escondido y acto seguido, no lo puedes ocultar. La PROCLAMACIÓN, es el resultado de vivir y entender la realidad.
Dios lo ha dejado escrito. La Biblia no es letra muerta o culturas antiguas. Es la palabra de Dios. Es capaz de encender e iluminar al confundido corazón humano. Combatir y sanar la oscuridad que surge en el corazón cuando las expectativas de vida parecen nublar y deprimir.
El consejo es ahora para ti y para mi:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).