¿De qué manera puedo cumplir mi compromiso misional sin caer en un mensaje legalista?
Omar Velázquez
Pregunta: Como observador de la ley de Dios, ¿de qué manera puedo cumplir mi compromiso misional sin caer en un mensaje legalista?
Detrás de esta pregunta hay dos convicciones muy profundas dignas de hacer notar. En primer lugar, se distingue a una persona convencida de la importancia de vivir en obediencia a los mandatos de Dios expresados en su santa ley. Es decir, se tiene claro que la vida de un cristiano se rige en armonía con los mandamientos de Dios.
La segunda convicción que se destaca en la pregunta es la seriedad con que se toma el compromiso de llevar a otros las nuevas de salvación. Esta convicción habla de un cristiano que no quiere caer en el mismo error del antiguo pueblo de Israel. Ese pueblo, aunque escogido por Dios y depositario de su santa ley, llegó a pensar que la salvación era exclusiva para ellos. En este caso, sin embargo, la pregunta habla de una persona consciente de su privilegio de compartir con otros el mensaje de salvación.
Desgraciadamente hay personas, quienes en su celo por vivir en armonía con los mandamientos de Dios, se vuelven legalistas. Esto ocurre cuando llegan a pensar que detrás de una vida de obediencia hay algún mérito personal que contribuye a su salvación. Este es el verdadero problema que hay que evitar como observadores de la ley de Dios. Tener bien claro que la salvación es solamente por fe (Gál. 2: 16), podría decir que es el primer requisito para evitar llevar un mensaje legalista al cumplir con el compromiso misional.
Le lección de esta semana nos ha recordado una vez más que "el hombre no es justificado por la obras de la ley" (Gál. 2:16). También ha puntualizado que la señal definitoria del creyente es la fe, y no las obras de la ley (Gál. 3:7). Sin embargo, aclara la relación que debe existir entre la fe y la ley. "La fe genuina implica en sí misma una disposición sin reservas a cumplir con la voluntad de Dios mediante una vida de obediencia a su ley [. . .]. La fe verdadera, basada en amor pleno por el Salvador, solo puede inducir a la obediencia" (Comentario Bíblico Adventista, tomo 6, p. 506).
Otro requisito para llevar a otros las nuevas de salvación sin caer en legalismo, es tener una experiencia de salvación personal que sea motivo de gozo en el corazón y no una carga por los mandamientos que se deben cumplir. Todo misionero comprometido en llevar las "nuevas de gran gozo para todo el pueblo" (Luc. 2:10), definitivamente, primero debe experimentar ese gozo en su corazón, antes de presentar a Jesús como su Salvador personal. Sin duda alguna, ese era el sentimiento del ex - endemoniado de Gadara, cuando Jesús le dijo: "Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti". Por esa razón, con ese sentimiento de gozo en su corazón, el evangelio registra que "y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban" (Mr. 5: 19,20). En ese caso, el impacto de un mensaje de gozo, dado por una persona gozosa llegó al corazón de muchos en aquella región.
Finalmente, para evitar caer en un mensaje legalista al cumplir con el compromiso misional, es vital recordar el contenido del mensaje. La esencia de nuestro mensaje es señalar lo que una persona (Jesús) hizo para salvarnos, y no lo que un ser humano puede hacer para alcanzar salvación. El énfasis en el mensaje de salvación que se comparta siempre debe ser cristocéntrico. Jamás debe insinuarse que hay alguna obra que nos ayuda a ganar el favor de Dios.