Relaciones interpersonales a la luz de los ritos

Abel Sánchez

sábado 5 de diciembre, 2015

La soledad es una característica de nuestros días. Las personas se siente solas como respuesta a la falta de una relación significativa. Los seres humanos fuimos creados para vivir en comunidad, por lo que la soledad implica un desequilibrio en el nivel deseado y logrado de interacción socioafectiva. Las consecuencias de éste desequilibrio la mayoría de las veces son negativas, especialmente en la población joven.[1] Al crearnos, nuestro Dios previó esta necesidad por lo que dijo: "No es bueno que el hombre esté solo" (Gén. 2:18).

 

Por otro lado, las relaciones significativas en mayor o en menor grado de conexión afectiva, son un aliado para todos los cristianos en el cumplimiento de la misión de salvar a sus prójimos. Para que el cristiano pueda ser "luz del mundo" y "sal de la tierra" necesita dos tipos de conexiones: una conexión vertical y una horizontal. El poder del evangelio se manifiesta de tal manera en la vida de la persona, que irremediablemente entra en conexión con Dios y en conexión con sus semejantes. Una vez que ésta conexión inicial se da, buscará no sólo mantenerlas sino crecer en cada una de ellas. Así lo expresa la escritora Elena de White:"El cultivo apropiado de los elementos sociales de nuestra naturaleza nos hace simpatizar con otros, y es para nosotros un medio de desarrollarnos y fortalecernos en el servicio de Dios".[2]

 

La conexión inicial del cristiano con Dios y con sus semejantes parecen ser la importancia de los ritos del bautismo, lavamiento de pies y cena del Señor.

 

El amor debe motivar ambas conexiones. Jesús ordena la práctica de la conexión vertical diciendo "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente" (Mateo 19:37), así como la conexión horizontal: "Ama a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 19:38).

 

 

El bautismo y la conexión vertical

 

Las imágenes que usa el Nuevo Testamento  describen el significado del bautismo como el inicio de una relación espiritual con Cristo: "bautizados para unirnos con Cristo Jesús" (Rm. 6:4). La relación se consuma y se entiende en el simbolismo del rito del bautismo. El cristiano se une "con él en su muerte" al caer en el agua del bautismo y al salir de la misma se une "con él en su resurrección" (Rm. 6:5).

 

Dios instituyó la circuncisión cuando llamó a Abraham para hacer de él una gran nación. Estableció una relación de pacto con su pueblo escogido y Dios le prometía: "Yo seré tu Dios" (Gén. 17:7). El propósito divino era que la circuncisión jugara el papel de "como una marca indeleble en la carne" (Gén. 17:13). Esta marca era la señal de una relación de fe. El rito del bautismo en el Nuevo Testamento cumple el papel que cumplía la circuncisión en el Antiguo Testamento. Sin embargo la operación de Jesús a través del bautismo tiene mayores bendiciones que la circuncisión. Incluso Jesús en Juan 7:23 consideró que su milagro de sanidad era más completo que la circuncisión.[3] La circuncisión consistía en despojarse del prepucio; pero el bautismo "consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso". Despojarse del prepucio se practicaba con la "mano humana" pero despojarse del cuerpo pecaminoso "la efectuó Cristo" (Col. 2:11, 12). La circuncisión simbolizaba la entrada a una relación de pacto de Dios con su pueblo. El bautismo simboliza la entrada a una relación espiritual del hombre con Dios por medio de Cristo. Esta relación lleva al creyente a una unión con Cristo que afecta su estilo de vida. Con el bautismo inicia un caminar del hombre con Dios.

 

La experiencia de relación de Abraham con Dios a lo largo de su vida le dio el título de "amigo" (2 Crón. 20:7). El bautismo también simboliza un pacto de amistad entre Dios y el hombre. Cuando el hombre entra en amistad con Cristo, él dice: "los he llamado amigos" Juan 15:15.

 

Con el bautismo el creyente es introducido a la comunidad de creyentes (Hech. 2:41, 47), llamado también "el cuerpo de Cristo" (1 Corintios 12:27), un pueblo especial que es consagrado al servicio de Dios (1 Pedro 2:9). Esto significa que la relación vertical nos lleva a una relación horizontal.

 

 

El la cena del Señor y la conexión horizontal

 

La cena del Señor conmemora la muerte de Cristo en la cruz del Calvario. Participar de la cena del Señor hoy es recordar que la muerte de Cristo nos provee salvación, perdón y victoria sobre el pecado.[4]

 

Antes de su muerte Jesús instituye la cena del Señor reemplazando la fiesta de la Pascua establecido en el antiguo pacto. El ritual de la Pascua encuentra su cumplimiento con Cristo, el Cordero Pascual (Mateo 14:12; Juan 1:29), quien da su vida por la salvación del mundo. De esta manera la cena del Señor llega a ser la fiesta del Nuevo Testamento bajo el nuevo pacto.

 

La fiesta de la Pascua conmemoraba el día de la independencia nacional de los judíos, el día cuando fueron liberados por Dios de la esclavitud de Egipto (Ex. 12:3–8). La cena del Señor es una conmemoración de nuestra liberación del Egipto espiritual (Juan 6:54), es decir del pecado

 

Es muy significativo que la fiesta de la pascua se realizaba en un contexto público y social, a diferencia del bautismo que es más personal y privado pues solo involucra a una persona. Participar de la cena del Señor está basado en un elemento de compañerismo y conexión con otras personas, lo cual muestra una relación de unos con los otros. El acto está basado en un elemento de comunidad.

 

Estimado lector, si ya has participado del rito del bautismo, te animo a confirmar tu relación vertical cada día. Si no te has bautizado te animo a hacerlo y gozar de una conexión real con tu creador. Por otro lado, la próxima vez que tu comunidad de creyentes te invite a participar del rito de Cena del Señor, no olvides que al hacerlo confirmas la conexión con cada uno de tus hermanos en la fe.

 

 

 

 

 



[1]
María Montero y López Lena, Juan José Sánchez-Sosa, "La soledad como fenómeno psicológico: un análisis conceptual", Salud Mental Vol. 24, No. 1 (2001): 19.

[2]Ellen G. de White, El camino a Cristo, 101.

[3]Juan 7:23 "Ahora bien, si para cumplir la ley de Moisés circuncidan a un varón incluso en sábado, ¿por qué se enfurecen conmigo si en sábado lo sano por completo?". La circuncisión sólo significa una intervención en un miembro del cuerpo. Jesús había curado todo el cuerpo. Ver Comentario Bíblico Adventista, pág. 955, 956

[4] Kwabena Donkor, "Growing in Christ", Adult Bible Study Guide of the General Conference of Seventh-day Adventists: Silver Spring, MD. 2012, 192.