"Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció, y se hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas" (Lucas13:18, 19).

ENTRENANDO ENTRENADORES

martes 26 junio, 2012

Vivimos en un mundo en el que la gente se muda mucho. Las iglesias locales deben transferir en forma regular a miembros que vienen y van, y a menudo lamentan la pérdida de feligreses capaces que han estado involucrados en ministerios importantes. Por causa de esta posible transferencia de habilidades, y porque los ministerios de testificación y evangelización deben continuar expandiéndose, hay una gran necesidad de multiplicar estos ministerios.

¿Qué principios con respecto a la preparación de entrenadores podemos obtener de las instrucciones de Pablo a Timoteo en 2 Timoteo 2:1 al 7? ¿Cómo deberían aplicarse estas palabras a nosotros hoy en nuestra obra para el Señor, en cualquier cargo en que nos encontremos?

Pablo le comunica a Timoteo la importancia de mirar el cuadro grande de la obra de la iglesia, tanto con respecto a la extensión como a la duración. Los ministerios pastoral y de enseñanza no deben estar centrados en un hombre solo. Deben ser la obra de un gran número de testigos y evangelistas en la iglesia. Principalmente, Pablo le está diciendo a Timoteo que adiestre a otros para el liderazgo de la iglesia porque, finalmente, la generación de líderes de más edad pasará. Lo implícito en esta instrucción a Timoteo es que aquellos que él instruya a su vez tendrán que instruir a otros, con lo que se asegura que la misión de la iglesia en el mundo continuará y se expandirá. Esto está en armonía con el llamado de Jesús por más obreros para la mies.

Se ha dicho: "Dale a un hombre un pez, y lo alimentarás un día; enséñale a pescar, y lo alimentarás a él y a su familia mientras viva". El problema es que si el hombre no enseña su habilidad de pescar a sus hijos, entonces la siguiente generación pasará hambre. Tal vez el dicho debería modificarse para que diga: "Dale a un hombre un pez, y lo alimentarás un día; enséñale a pescar y a pasar ese conocimiento y técnicas, y un número incontable de personas seguirá siendo alimentada". Esta es la diferencia entre adiestrar a alguien y adiestrarlo para ser adiestrador.

Piensa en tu experiencia en la iglesia. ¿Te enseñó alguien cómo testificar a otros? ¿Has pedido ser adiestrado en cómo testificar a otros? Analiza tus respuestas en la clase el sábado.

Más de ESU