"De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).

LA EXPERIENCIA DE LA SALVACIÓN: Primera parte

miércoles 24 octubre, 2012

El pecador es justificado y reconciliado por el sacrificio expiatorio de Cristo por todos (Romanos 5:6-10). La provisión que Dios hizo para la justificación y la reconciliación de la humanidad consigo mismo por la muerte de Cristo necesita ser llevada a la experiencia del creyente. No es suficiente tener un conocimiento teórico de la justificación. Necesitamos experimentar lo que significa.

Hechos 2:36-38 y Hechos 3:19 señalan el arrepentimiento como el comienzo de la experiencia de salvación del pecador. ¿De qué modo la naturaleza del arrepentimiento, como un sentido de remordimiento, nos ayuda a conectar la experiencia de la justificación con la muerte de Cristo?

Piensa en esto: "Nada puede conmover las profundidades del alma al punto que puede lograrlo la comprensión del amor perdonador de Cristo. Cuando los pecadores contemplan este amor divino insondable, el cual se exhibió en la cruz, reciben la más poderosa motivación para el arrepentimiento que existe. Esta es la bondad de Dios que nos guía al arrepentimiento (Romanos 2:4)" (Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, p. 139).

Lee Romanos 3:23-25 y Efesios 2:8. ¿Qué lugar tiene la fe en la experiencia de la justificación?

La Biblia dice que la fe viene por el oír; y el oír, por la Palabra de Dios (Romanos 10:17). Contemplar el amor de Cristo motiva a la persona a arrepentirse. El estudio y la contemplación de la Palabra de Dios es de gran importancia en la experiencia de la justificación. La bondad de Dios nos guía al arrepentimiento y la justificación.

Así, si yo me arrepiento del pecado y experimento la justificación, Dios es el que recibe el crédito. La salvación es realmente un don gratuito de Dios porque, en realidad, somos salvos por gracia por medio de la fe (Efesios 2:8).

¿Cuáles son algunas formas prácticas en las que puedes inundar tu corazón y tu mente con la bondad de Dios, al pensar en lo que él ha hecho por ti y en aquello de lo que te ha librado?

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