“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”
Juan 13:34
VIVIR COMO CRISTO
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 9:36; 25:31 al 46; Marcos 10:21; Lucas 6:32 al 35; 10:30 al 37; Juan 15:4 al 12.
Contrariamente a lo que muchos piensan, el mandato de amar a nuestro prójimo no es una nueva enseñanza, exclusiva del Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, Dios ya había mandado a su pueblo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev. 19:18), y al extranjero como a ti mismo (Lev. 19:34).
¿Por qué, entonces, dijo Jesús: “Un mandamiento nuevo os doy”? Lo novedoso de la instrucción de Jesús era que tenía una nueva medida: “como yo os he amado”. Antes de la encarnación de Cristo, los hombres no tenían una manifestación completa del amor de Dios. Ahora, a través de su vida y su muerte abnegadas, Jesús demostró el significado verdadero y más profundo del amor.
“El amor era el ambiente en el cual Cristo se movía, caminaba y trabajaba. Vino a rodear al mundo con los brazos de su amor. [...] Hemos de seguir el ejemplo presentado por Cristo y hacer de él nuestro Modelo, hasta que tengamos el mismo amor por el prójimo que él manifestó por nosotros”
DNC, p. 24
Esta semana, al analizar la ternura, consideración y compasión de Jesús, que nuestros corazones sean tocados y moldeados por su principio divino de amor, que es la característica distintiva del cristianismo verdadero.