“Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra” (Isa. 37:16).

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

viernes 12 febrero, 2021

“Únicamente por intervención divina podía la sombra del cuadrante retroceder diez grados; y un suceso tal sería para Ezequías indicio de que el Señor había oído su oración. Por consiguiente, ‘el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás’ (vers. 8-11)” ( PR 253, 254).

“La visita de esos mensajeros de un gobernante lejano dio a Ezequías oportunidad de ensalzar al Dios viviente. ¡Cuán fácil le habría resultado hablarles de Dios, Sustentador de todo lo creado, mediante cuyo favor se le había perdonado la vida cuando había desaparecido toda otra esperanza! […]

“Pero el orgullo y la vanidad se posesionaron del corazón de Ezequías, y ensalzándose a sí mismo expuso a los ojos codiciosos los tesoros con que Dios había enriquecido a su pueblo. El rey ‘les mostró la casa de su tesoro, plata y oro, especias, ungüentos preciosos, toda su casa de armas, y todo lo que se hallaba en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todos sus dominios, que Ezequías no les mostrase’ (Isa. 39:2). No hizo esto para glorificar a Dios, sino para ensalzarse a la vista de los príncipes extranjeros” ( PR 255, 256).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿En qué se parece Satanás al rabsaces asirio? ¿Dice la verdad cuando afirma que has pecado (Zac. 3:1)? ¿Cómo responde Dios? Ver Zacarías 3:2 al 5. ¿Cuál es nuestra única esperanza contra estas acusaciones? Romanos 8:1.

  2. Satanás ¿detiene sus acusaciones cuando eres perdonado? Ver Apocalipsis 12:10. Una vez que recibes el perdón, cuando Satanás sigue diciendo que por tu pecado le perteneces, ¿cuál es la naturaleza de su acusación? Ver Deuteronomio 19:16 al 21 (ley del testimonio falso y malicioso).

Resumen: En respuesta al clamor de un rey fiel, Dios salvó a su pueblo y mostró quién es él: el omnipotente Rey de Israel que controla el destino de la Tierra. No solo destruye a los que intentan destruir a su pueblo, sino también brinda oportunidades para que otros, sin importar cuán “babilónicos” sean, lleguen a formar parte de su pueblo.

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