«No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amarse unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley» (Rom. 13: 8, RVC).

EL AMOR ES EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY

miércoles 26 de marzo, 2025

No se puede exagerar la relación entre el amor y la Ley. De hecho, según las Escrituras, amar es cumplir la Ley.

En Romanos 13: 8 al 10, Pablo enseña que «el que ama al prójimo ha cumplido la ley». Después de enumerar varios de los últimos seis Mandamientos, él declara que se resumen todos en este mandato: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Rom. 13: 9). De hecho, Pablo enseña explícitamente que «el cumplimiento de la Ley es el amor» (Rom. 13: 10). De nuevo, él explica en Gálatas 5: 14 que «toda la Ley en esta sola palabra se cumple: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”». Pero ¿qué clase de amor es el que cumple la Ley? ¿Cómo es ese amor?

Lee Mateo 23: 23 y 24. ¿Qué es «lo más importante de la Ley»? Lee Deuteronomio 5: 12 al 15 e Isaías 58: 13 y 14. ¿Cómo demuestran estos pasajes la relación entre la Ley (especialmente el mandamiento del sábado) y la preocupación de Dios por la justicia y la liberación?

Jesús identifica «lo más importante de la Ley» como «la justicia, la misericordia y la fe». En relación con el cuarto Mandamiento en particular, podemos ver en las Escrituras que el sábado mismo está integralmente conectado con la liberación y la justicia.

En Deuteronomio 5, el mandamiento del sábado se relaciona con la liberación de Israel de la esclavitud. Es decir, el sábado no es solo un memorial de la Creación, sino también un memorial de la liberación de la esclavitud y la opresión. A su vez, en el contexto de apartarse del propio placer para llamar al sábado deleite y para deleitarse en el Señor (Isa. 58: 13, 14), se hace hincapié en las obras de amor y justicia en favor de los demás: hacer el bien, alimentar a los hambrientos, alojar a los desamparados (ver Isa. 58: 3-10).

Dadas todas estas enseñanzas (y muchas otras), quienes desean cumplir la Ley mediante el amor deben preocuparse no solo por los pecados de comisión, sino también por los de omisión. El amor como cumplimiento de la Ley no solo implica abstenerse de cometer pecados que representan transgresiones de mandamientos específicos, sino que también consiste en hacer el bien activamente, en realizar las obras de amor que promueven fielmente la justicia y la misericordia. Ser fiel a Dios es algo más que no violar la letra de la Ley.