“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
Juan 3:14 y 15
Creer en Jesús
El verdadero arrepentimiento va de la mano de la fe en Jesús como nuestro único Salvador. Él habló frecuentemente acerca de la necesidad de creer en él a fin de recibir sus bendiciones. “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Mar. 9:23). La fe es esencial para ser salvos. Satanás lo sabe, y hace todos los esfuerzos posibles para que no creamos (Luc. 8:12).
¿Qué es creer, según Jesús? Es más que un sentimiento indefinido de que algo sucederá. Es más que un ejercicio mental. La fe salvadora no está vacía de contenido. Por el contrario, la fe tiene un objeto específico: Jesucristo. No es solamente creer en algo sino, especialmente, creer en alguien. La fe es confiar en Jesús y en su muerte por nosotros; y creer en Jesús significa conocerlo, entender quién es él (Juan 6:69) y recibirlo personalmente (Juan 1:12).
Dios amó tanto al mundo que nos dio a Jesús para que todo el que verdaderamente cree en él tenga vida eterna. No obstante, su muerte no significa que todos se salvarán. Debemos estar cubiertos por su justicia. Al creer en él, obtenemos su justicia, se nos da la seguridad de la vida eterna y tenemos la gran promesa de que él nos resucitará en el día final (Juan 6:40).
A una mujer que había vivido una vida pecaminosa, Jesús le aseguró: “Tus pecados te son perdonados. [...] Tu fe te ha salvado” (Luc. 7:48, 50). ¿Qué significa eso? ¿ La fe nos salva?
Según los evangelios, cuando Jesús sanaba a algunas personas, les decía: “Tu fe te ha salvado” (Mat. 9:22; Mar. 10:52; Luc. 17:19). Sin embargo, él no estaba asignando ningún poder sanador a la fe propiamente dicha. Su fe solo era la confianza completa en el poder de Jesús para sanarlos. El poder de la fe no proviene de la persona que cree, sino del Dios en quien cree esa persona.
¿Por qué debemos entender bien la función de la fe en la oración, especialmente cuando pedimos la sanidad? ¿Por qué es incorrecto concluir, a partir de los versículos leídos hoy, que si no ocurre la curación que hemos pedido es porque no tenemos suficiente fe?