“Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: ‘¡Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!’ ” (Juan 1:29).

LA COMPRENSIÓN DEL AMOR DE DIOS

lunes 7 de abril, 2025

El hecho de haber heredado una naturaleza pecaminosa significa, entre otras cosas, que nuestra percepción del universo está contaminada por nuestras propensiones al egoísmo y el orgullo. Vemos el mundo desde nuestra óptica limitada y no desde la perspectiva omnisciente de Dios. Quizá ningún concepto haya sido tan distorsionado por la pecaminosidad humana como el del amor. La cultura popular tiende a promover una comprensión del amor que se centra en la realización personal y no en el bienestar de los demás. Este enfoque egocéntrico del tema hace que nos resulte difícil percibir cómo lo ve Dios.

Comprender la naturaleza del amor es una clave importante para entender la profecía bíblica. Uno de los temas cruciales del Gran Conflicto es la distorsión en la comprensión humana del carácter de Dios. En tal sentido, Elena de White concluye su libro El conflicto de los siglos con las siguientes palabras: “El Gran Conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está limpio. Una misma pulsación de armonía y júbilo late a través de la vasta Creación. Del Ser que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más grande, todas las cosas, animadas e inanimadas, declaran, en su belleza sin mácula y en gozo perfecto, que Dios es amor” (El conflicto de los siglos, pp. 736, 737).

Lee Génesis 22:1 al 13. El amor es mencionado por primera vez en Génesis 22:2. ¿Qué nos enseña esta historia acerca de la naturaleza del amor divino?

Además de la primera mención de un concepto en la Biblia, puede ser útil encontrar la primera referencia a ese mismo concepto en determinados libros, especialmente en los evangelios. La primera referencia al amor en los evangelios se encuentra en Mateo 3:17; Marcos 1:11; Lucas 3:22 y Juan 3:16 respectivamente.

La primera mención del amor en el Evangelio de Juan (Juan 3:16) es particularmente esclarecedora, pues parece aludir a la historia de Isaac sobre el altar. La fe de Abraham en Dios era tal que confió en que Dios podría resucitar a su hijo si llevaba a cabo el sacrificio (Heb. 11:19). Esto ilustró el amor de Dios por la humanidad, ya que él nos amó hasta el punto de dar a su Hijo unigénito (ver Gén. 22:2, 12, 16), tras lo cual lo resucitó de entre los muertos. El sacrificio de Cristo en la Cruz revela el tipo de amor abnegado que Dios siente por nosotros.

¿Cómo podemos manifestar a los demás el amor abnegado que Dios siente por nosotros? ¿Por qué es ese tipo de amor tan importante para nosotros?