LO MILAGROSO Y MÁGICO FASCINA A LA GENTE. A menudo es atraída a espectáculos o asuntos curiosos, y nada más. Así que, cuando a Jesús le pidieron que hiciera un milagro como entretenimiento (Luc. 23:8, 9), o como señal de ser el Mesías (Mat. 12:38-41) o aun para satisfacer una necesidad propia (Mat. 4:2-4), él se rehusó