“Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré” (Isa. 8:17).

NADA QUE TEMER CUANDO TEMEMOS A DIOS (ISA. 8:11-15)

miércoles 20 enero, 2021

En su primer discurso inaugural, el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt dijo a una nación desanimada por la Gran Depresión: “A lo único que debemos temerle es al miedo mismo” (Capitolio de EE.UU., Wáshington, D.C., 4/3/1933). El mensaje de Isaías a los deprimidos es: “No tenemos nada que temer cuando tememos a Dios”.

Dios advirtió a Isaías que no tuviera miedo de lo que su pueblo temía, sino que le temiera a él (Isa. 8:12, 13). Este es un tema importante en las Escrituras. Por ejemplo, en Apocalipsis 14:6 al 12, tres ángeles proclaman un mensaje mundial: temer a Dios y darle gloria, en lugar de temer y dar gloria al poder de la bestia terrenal descrito en el capítulo 13.

¿Cómo entiendes la idea de “temer” a Dios? ¿Qué significa eso, especialmente en vista del mandato de amar a Dios también (Mat. 22:37)?

El verdadero temor de Dios significa que lo reconoces como el Poder supremo del Universo. Ya sea que lo ames o no, ese temor vence cualquier otro miedo. Si él está de tu lado, nadie más puede tocarte sin su permiso. Si está en tu contra porque te has rebelado contra él, podrás huir, ¡pero no esconderte!

La idea de que debemos temer a Dios, ¿no contradice 1 Juan 4:18?: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”.

Hay diferentes tipos de temor. Si alguien con un poder asombroso es tu amigo, con quien compartes un amor mutuo, no le temes a esa persona en el sentido de que crees que te lastimará. Pero tienes una especie de temor en el sentido de que conoces y respetas el poder de esa persona y los límites de tu relación.

Como cristianos, no debemos amar las cosas del mundo, las cosas que la gente del mundo ama (1 Juan 2:15). Paralelamente, como cristianos, ¿hay cosas que el mundo teme que nosotros como cristianos no debemos temer? Si es así, ¿cuáles son y por qué no debemos temerlas? Al mismo tiempo, ¿a qué cosas no les teme el mundo que los cristianos sí deberíamos temerles? Ver, por ejemplo, Mateo 10:28 y Jeremías 10:2 y 3.

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